El ser humano, durante muchísimos siglos de su existencia y en todas partes del planeta, ha tenido un vínculo muy estrecho con las flores. Supersticioso por naturaleza, las ha ofrendado a los más diversos dioses y divinidades, convencido que así estos se pondrían de su lado y le ayudaran con una amplia gama de favores. Desde algunos más o menos lógicos que se mantienen hoy en día, pedir salud o trabajo, hasta otros un tanto más exóticos como solicitar que sus vacas tengan mayor cantidad de crías para aumentar el número de su ganado o que la suegra sufra un accidente, no solo porque es insoportable, sino ya que además la tenebrosa sujeta pretende mudarse a la casa del desgraciado que realiza la desesperada plegaria… ;-)
Si bien los tiempos avanzan, muchas supersticiones y tradiciones se mantienen. En Uruguay, por ejemplo, hoy en día resulta difícil imaginar a alguien ofreciendo un ramo de gladiolos a algún dios para que exilie a su suegra del país (aunque seguro que lo hay ;-)), pero aun pueden encontrarse importantes cantidades de personas que las utilizan para los más diversos ritos religiosos. Por otro lado, las flores continúan obsequiándose por diferentes razones. Se regalan como símbolo de amistad, gratitud o amor para acontecimientos tan diversos como cumpleaños, festejo de nuevo trabajo, fin de carrera, comprar una casa, etc. También se les regala a los muertos, una tradición que quizás, como muchas, no conozca de otra lógica que la continuidad de una costumbre por simple inercia colectiva. Asimismo, se emplean para decorar todo tipo de ambientes. Incluso últimamente ha ganado fuerza la idea de aprovecharlas en la cocina, ya sea como simple ornamento del plato o usando flores con fines alimenticios (si, hay muchas que pueden comerse y no terminan formando ninguna rara especie de jardín botánico en el estómago de quien las ingiere ;-)).
En mi caso personal, prefiero darles a las flores un uso completamente diferente a todos los expuestos anteriormente; admirarlas en las plantas a las que pertenecen. Y fotografiarlas también, por supuesto. Así que hecha la introducción y mientras que alguno de los que lee estas líneas sigue pensando si habrá un dios que le mande a la suegra a Groenlandia si le roba unos geranios a su vecina y se los lleva de regalo, yo paso a las fotos del día de hoy. Espero que les gusten :)
Fotografiar flores en forma lineal no está mal, pero puede terminar tornándose algo aburrido y los resultados no terminarán siendo los que esperábamos. Hay que usar la imaginación. Podemos jugar con ellas de muchas maneras. Con sus colores, formas y texturas, buscando crear fotos con perspectivas diferentes para sorprender a quien las observe.
Hasta acá llega el artículo de hoy. Espero que hayan disfrutado de las fotografías. Como ya es costumbre, me despido agradeciéndoles los mensajes que recibo en la página, pero también los de Facebook y los que me envían por correo. Como habrán visto, trato de cumplir y contestarlos a todos, aunque sé que a veces se me cuela alguno (modo Autocrítica ON ;-)).
También aprovecho a agradecer a todos quienes se han adherido a mi página en Facebook, jamás imaginé que en tan pocos días llegáramos a 250 personas. Gracias, de verdad :)
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